Este año existe una alta probabilidad de que se presente escasez de agua en la isla debido a la sequía, e incluso podría repetirse el fenómeno del “agua salada”, como ocurrió en 2018 y 2019, a causa de la carga de minerales. Por ello, el consumo racional debe ser una prioridad, comentó Óscar Frausto Martínez, investigador de la Universidad Autónoma de Quintana Roo, campus Cozumel.
Durante 2018 y 2019, los usuarios del servicio de agua potable, en general la comunidad, percibieron un sabor salino en el agua. Según el investigador, esto se debió a una concentración de minerales provocada por la reducción del volumen de agua, y no a una contaminación directa con agua salada.
Para este año se pronostica una sequía similar a la de aquellos años, aunque aún no se ha determinado el punto exacto de afectación. Sin embargo, Frausto Martínez advirtió que esta situación debe alertar a la comunidad para iniciar con un consumo racional del agua y contar con depósitos que permitan el abastecimiento durante el periodo más seco.
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De cumplirse los pronósticos, la insuficiencia del recurso hídrico podría provocar nuevamente la percepción de salinidad, producto de la concentración de minerales típica de los suelos kársticos de la Península de Yucatán, sin que esto implique una infiltración de agua salada en los pozos de extracción.
Lejos de generar alarma, el investigador recomendó tomar acciones preventivas: crear conciencia sobre el uso responsable del agua, mejorar los hábitos de consumo y contar con reservas suficientes para enfrentar posibles periodos de escasez.
Aunque el crecimiento poblacional en Cozumel no es tan acelerado como en Playa del Carmen o Cancún, sí permite planificar el consumo a largo plazo. No obstante, reiteró la importancia de mantener un bajo consumo durante esta temporada crítica.