El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, celebró ayer la c r e a c i ó n de un nuevo plan para regularizar a más de medio millón de migrantes indocumentados y señaló que se trata de una medida de "sentido común".
Biden anunció que su gobierno permitirá en los próximos meses que algunos cónyuges de ciudadanos estadounidenses sin estatus legal puedan solicitar la residencia permanente y, a la postre, su naturalización.
Una decisión criticada por su rival político el republicano Donald Trump, quien busca regresar al poder, a través de las elecciones del 5 de noviembre.
"No estoy interesado en hacer de la migración y de la frontera un juego político", señaló el Presidente en un evento en la Casa Blanca al que acudieron legisladores, funcionarios y activistas en pro de los derechos de los migrantes.
El discurso de Biden tuvo lugar, precisamente, en un evento para celebrar los 12 años de DACA, que ha permitido a más de 800 mil personas obtener un permiso de trabajo y estar protegidas frente a la deportación.
Las medidas beneficiarán a aquellos que lleven viviendo "en el país al menos 10 años y estén casados con un ciudadano estadounidense antes del 17 de junio de 2024", informó la Casa Blanca. El gobierno calcula que unos 500 mil migrantes, además "de unos 50 mil hijastros de estadounidenses", podrán acogerse a la normativa.
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, celebró la decisión de Biden de ofrecer ciudadanía a migrantes indocumentados casados con ciudadanos estadounidenses.
"Es muy buena la noticia de que van a regularizarse familias mexicanas en Estados Unidos, sobre todo a los estudiantes y los jóvenes", dijo López Obrador en su conferencia mañanera.
Por su parte, la canciller de México, Alicia Bárcena, "celebró" las acciones ejecutivas anunciadas por el Presidente estadunidense, que abre el camino a la regularización de migrantes indocumentados casados con ciudadanos de Estados Unidos, y que contempla la entrega de visas de trabajos a los jóvenes beneficiarios del DACA.
Biden intenta equilibrar su política para hacer frente a las críticas de los republicanos que, según las encuestas, quieren mano dura contra la migración y para lidiar con los fuertes reproches del ala izquierdista de los demócratas.