Cientos de amantes del boxeo esperaron con mucha paciencia la llegada de Floyd Mayweather Jr., al Parque Bicentenario, con la intención de obtener una foto, una firma o de estar cerca de ese peleador que conquistó 15 campeonatos mundiales.
Sin importar que venció a ocho pugilistas mexicanos a lo largo de su carrera, seguidores de todas las edades le gritaron con intensidad para que se detuviera, y se abriera un espacio entre los enormes guaruras que lo escoltaban. Pero todos los gritos fueron en vano.
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Money entró directamente al cuadrilátero, sin voltear a ver a nadie en específico, y se subió para hacer una sesión de manoplas, un poco de guanteo, unos instantes en el costal y salto de cuerda; 20 minutos entrenó en total.
Sin ninguna palabra de agradecimiento hacia la gente, por soportar más de una hora de retraso, en el evento sólo se escucharon los gritos de los fanáticos que pedían algún acercamiento con el boxeador que apenas alcanza los 165 centímetros de estatura.
Sin embargo, el gran ganador de la tarde fue Curmel Moton, protegido de Floyd, quien con únicamente 18 años y cuatro peleas profesionales, fue uno de los más aclamados y apapachados.
Para corresponder el cariño, el estadounidense brincó las vallas que protegían el ring: se sacó fotografías y firmó gorras y guantes a todos los presentes.
“Sé que México tiene una gran historia de boxeo, que nos reciban así es increíble. No lo esperaba”, declaró el prospecto más fuerte del equipo de Mayweather.
También estuvieron presentes el dominicano Jursly Vargas, el estadounidense Sekaye Terry y el canadiense Stephen Brown, quienes compartirán cartel.
Por su parte, el excampeón de 47 años pareció estar preparado para enfrentarse mañana con John Gotti III (Arena CDMX), en su pri- mera presentación de exhibición (u oficial) en la capital azteca.