El presidente del Colegio de Arquitectos de la Riviera Maya, Manuel Alfonso Barrero, planteó la necesidad de incluir un banco de tierras y una estrategia integral de movilidad en la actualización del Programa de Desarrollo Urbano del Centro de Población (PDU-CP) de Playa del Carmen, con el objetivo de garantizar el acceso equitativo a la vivienda y evitar el crecimiento desordenado.
Durante su participación en los talleres participativos que acompañan la fase de elaboración del nuevo PDU, Barrero explicó que actualmente existen 20 mil hectáreas de suelo urbanizable en el municipio, de las cuales alrededor de 11 mil están consideradas en la primera etapa de crecimiento proyectada hacia 2030. Estas hectáreas ya están contempladas dentro del PDU vigente y se ubican principalmente en las unidades de gestión ambiental 10 y 11, hacia el norte de la ciudad, en zonas paralelas a la carretera federal donde ya existen servicios urbanos.
“Deberíamos tener todos los usos del suelo posibles en esa franja, incluyendo un banco de tierras que permita regular el mercado inmobiliario y facilitar el acceso a la vivienda para todos los sectores sociales, con o sin crédito”, sostuvo el arquitecto.
Barrero insistió en que el modelo de crecimiento debe responder al patrón de urbanización costero de Playa del Carmen, lo que implica un desarrollo longitudinal que aproveche la infraestructura ya instalada. Asimismo, advirtió sobre la urgencia de coordinar este crecimiento con una planeación adecuada de vialidades, transporte público y servicios públicos, para evitar los problemas actuales de movilidad y fragmentación urbana.
“Tenemos que aprovechar los vacíos urbanos, generar avenidas, parques y escuelas desde el inicio, y no como una reacción tardía. La única forma real de desincentivar el uso del automóvil es con un transporte público eficiente y una ciudad pensada para el peatón”, explicó.
En este sentido, se refirió a experiencias internacionales y nacionales que están sirviendo como referentes en la elaboración del PDU, como los modelos de Copenhague, Madrid y Mérida. De esta última ciudad destacó el caso del Parque La Plancha y su articulación con la estación del Tren Maya, modelo que, según dijo, puede replicarse en Playa del Carmen, donde la estación ferroviaria ya está generando una nueva dinámica de crecimiento urbano en el poniente.
“Tenemos que generar dos ejes principales de movilidad: oriente-poniente y norte-sur. Solo así podremos conectar de manera efectiva los nuevos desarrollos con los centros de trabajo y servicios”, añadió.
Sobre el proceso de elaboración del nuevo PDU, Barrero destacó que el mayor reto es lograr una coordinación efectiva entre los tres niveles de gobierno, así como incorporar las opiniones técnicas y ciudadanas. Indicó que actualmente se realizan talleres abiertos con la comunidad, y que la consulta pública formal está programada para el mes de noviembre.
En cuanto al tipo de vivienda a contemplar en el nuevo documento rector del desarrollo urbano, señaló que se debe mantener la visión de una ciudad compacta que incluya todos los tipos de vivienda, sin excluir opciones virtuales, sociales o de mercado libre.
“Una ciudad compacta no implica uniformidad. Debe haber de todo tipo de vivienda, con criterios de inclusión y sostenibilidad”, puntualizó.