El Aeropuerto Internacional de Chetumal es actualmente el único en su tipo en México que no recibe vuelos internacionales, una situación que, de acuerdo con el presidente de la Coparmex Chetumal, Josué Osmany Palomo Hoil, limita el desarrollo turístico y económico de la capital del estado y su zona de influencia.
Palomo Hoil explicó que esta restricción se originó en enero de 2008, cuando se emitió la NOTAM A0313-08, una alerta dirigida a aviadores que, bajo un criterio de seguridad y control aeroportuario, prohíbe el aterrizaje en Chetumal de vuelos privados provenientes de Centroamérica, Sudamérica y el Caribe. Conforme a esta disposición, dichas aeronaves deben arribar únicamente a los aeropuertos de Cozumel, en Quintana Roo, o Tapachula, en Chiapas, excluyendo a la capital quintanarroense.
Según el líder empresarial, esta medida se tomó durante la administración del entonces presidente Felipe Calderón “por cuestiones políticas” y ha permanecido vigente desde entonces, a pesar de que el aeropuerto de Chetumal cuenta con la infraestructura y el equipamiento necesarios para recibir este tipo de operaciones.
“Esto nos está cerrando la puerta a un turismo de alto poder adquisitivo, que viaja en sus propias aeronaves y que podría dejar una derrama importante en Chetumal, Bacalar y Mahahual”, afirmó Palomo Hoil.
Agregó que destinos como estos últimos no están recibiendo la promoción turística adecuada, a pesar de las solicitudes formales presentadas al Consejo de Promoción Turística de Quintana Roo (CPTQ).
El presidente de Coparmex consideró que la próxima visita de la presidenta electa de México, Claudia Sheinbaum, representa una oportunidad para plantear directamente el tema y solicitar su intervención.
“Si queremos que lleguen inversionistas y turistas de este perfil, primero debemos abrirles las puertas y facilitarles el acceso”, señaló.
Actualmente, la restricción provoca un círculo vicioso: los empresarios y turistas internacionales que viajan en aviones privados no consideran a Chetumal como opción, ya que no pueden aterrizar directamente, y al no llegar, la conectividad y el flujo económico se mantienen limitados.
Palomo Hoil subrayó que levantar la restricción no solo beneficiaría a la capital, sino que también impulsaría el desarrollo de todo el sur de Quintana Roo, generando nuevas oportunidades para el sector hotelero, restaurantero y de servicios.
“Se trata de dar un paso hacia la competitividad y aprovechar al máximo la ubicación estratégica que tenemos frente a Centroamérica y el Caribe”, concluyó.