Los pequeños hoteles del centro de Playa del Carmen registraron una ocupación promedio del 50% durante la semana del 4 al 10 de agosto, cifra que se ha mantenido sin superar este porcentaje desde finales de julio, informó Offner Arjona, presidente de la Asociación de Pequeños Hoteles del Centro.
El representante del sector señaló que, además de la baja ocupación, la reducción de tarifas para atraer huéspedes ha complicado la competitividad de los establecimientos, ya que los costos operativos continúan en aumento debido a la inflación y a los incrementos en insumos y servicios.
Arjona advirtió que, pese a cumplir con obligaciones fiscales y de seguridad social, la rentabilidad se ve afectada por la competencia de las rentas vacacionales no reguladas, las cuales operan fuera de los esquemas formales y generan una “guerra de tarifas” que presiona a la baja los precios en el mercado.
“Queremos que las rentas vacacionales pasen de la informalidad a la formalidad para construir juntos la competitividad del destino”, expresó.
Sobre la situación actual, explicó que los pequeños hoteles trabajan bajo el plan europeo, mientras que gran parte del destino opera con paquetes todo incluido, lo que dificulta realizar comparaciones globales. Sin embargo, aseguró que para este sector específico la situación es complicada, ya que los ingresos actuales apenas alcanzan para sostener el negocio y el empleo que generan.
Arjona destacó la necesidad de generar diferenciación y orden en la oferta turística, de forma que los visitantes vivan experiencias positivas que los motiven a regresar y a recomendar el destino. Esto, dijo, beneficiaría no solo a los hoteles, sino también a comerciantes y prestadores de servicios de la zona turística que dependen del flujo de huéspedes.
En cuanto a las temporadas, indicó que los ciclos turísticos en Playa del Carmen se han mantenido relativamente estables en la última década: alta ocupación de diciembre a Semana Santa, caídas en mayo y junio, ligera recuperación en la segunda quincena de julio y agosto, y nuevamente bajas en septiembre y octubre. Eventos como el Festival de Jazz ayudaban a mejorar la ocupación en fechas específicas, pero el empresario consideró que lo prioritario es atender problemas estructurales relacionados con el ordenamiento urbano y la diversificación de la oferta.
De cara a la temporada baja, que inicia en septiembre, el sector prevé implementar medidas como descansos solidarios y ajustes operativos para mitigar el impacto.
“Es un círculo que tenemos que trabajar para mejorar el destino. Necesitamos que el turista perciba a Playa del Carmen como un lugar al que quiera volver”, concluyó Arjona.