Un grupo de ciudadanos se manifestó este lunes para exigir la modificación del proyecto de remodelación de la Avenida 10, el cual contempla la ampliación de banquetas, la creación de una ciclovía y un nuevo carril vehicular, pero que implicaría también la remoción de más de 160 árboles del camellón central.
De acuerdo con los manifestantes, el plan fue presentado recientemente a un grupo de empresarios sin consulta previa a la ciudadanía. El arquitecto Antonio Saldívar Arriaga explicó que desde hace días se han visto levantamientos topográficos por parte de personal técnico en la zona, lo que alertó a la comunidad sobre la magnitud del proyecto.
“Ya hay personal evaluando el estado de los árboles, y aunque se habla de una reubicación, sabemos que la mayoría no sobrevivirá. Nos lo confirmó un ingeniero que participaba en los trabajos preliminares”, denunció. Según el conteo realizado por los propios vecinos, entre la calle 10 y la avenida CTM hay más de 160 árboles en riesgo.
Los inconformes acusan a las autoridades municipales de impulsar proyectos urbanos sin sustento técnico, obedeciendo más a intereses empresariales que al bienestar colectivo. Saldívar señaló que en reiteradas ocasiones los colegios de profesionistas y las cámaras empresariales han sido cooptados por estos intereses, limitando la posibilidad de crítica o análisis independiente.
“Si alguien alza la voz, le retienen licencias o le bloquean trámites”, afirmó.
Además de la afectación ambiental directa, los ciudadanos advierten que este tipo de intervenciones replican errores pasados.
“La Quinta Avenida no necesitaba una remodelación. Dijeron que iba a durar 30 años y a los tres meses ya tenía fallas. Lo mismo pasó con la Plaza 28 de Julio: luces inservibles, fuentes sin funcionamiento”, recordó el arquitecto, quien cuestionó también la falta de respeto a la infraestructura existente y la ausencia de criterios de sustentabilidad en estos proyectos.
La movilización ciudadana apela a un urbanismo consciente que preserve la identidad local y el entorno natural.
“No estamos en contra del desarrollo, pero no de esta manera. No a costa de 160 árboles que están vivos y forman parte de nuestra historia urbana”, subrayó Saldívar.
También criticó la proliferación de desarrollos inmobiliarios en la zona, a los que calificó como “sobredensificación criminal”, debido a que en antiguos predios unifamiliares ahora se levantan edificios de hasta 32 departamentos, sin consideración por la infraestructura verde.
“Donde antes había una casa, hoy hay 100 cajones de estacionamiento y ni un solo árbol nuevo”, lamentó.
Como ejemplo de urbanismo respetuoso, los manifestantes mencionaron la calle 38, que conserva su vegetación y ha logrado consolidar una imagen urbana distintiva.
“¿Por qué no replicar ese modelo aquí? Un arquitecto debe trabajar con lo que existe, adaptarse, generar identidad. No borrar la historia con concreto”, dijo.