El sargazo se refiere a un conjunto de algas marrones del género Sargassum que se encuentran ampliamente distribuidas en océanos tropicales y templados, en aguas poco profundas y arrecifes de coral, además de en el mar abierto, esto de acuerdo con la Agencia de Protección Ambiental estadounidense.
Algunas especies de sargazo se mantienen en la superficie del mar, mientras que otras se encuentran flotando en el océano. En el Caribe y el Golfo de México, las más frecuentes son las de flotación libre, sobresaliendo entre ellas S. natans y S. fluitans, ambas poseen vesículas repletas de aire que les facilitan su flotaci??n, añade la fuente.
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Pero a pesar de que se sabe cuáles son los elementos que mantienen las algas muchas personas aún se preguntan ¿de dónde se origina el sargazo que llega a Quintana Roo? y eso ahora más después de que este 2025 se esté recibiendo una gran cantidad de alga que llega del mar.
¿De dónde surge el sargazo que llega a las costas de Quintana Roo?
Es importante recordar que el sargazo son algas pardas de gran envergadura, que flotan en grandes cantidades y nunca se acoplan al fondo del mar. Abundan en el océano y se componen de apéndices foliares, ramas y estructuras redondas en forma de bayas, las cuales obtienen la habilidad de flotar debido a su saturación de gas y oxígeno, de acuerdo con la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica de los Estados Unidos.
El sargazo se multiplica y se expande a través de las corrientes. Además, se mantiene flotando en el océano hasta que alcanza una costa e invade la arena a causa de las olas. Después se seca, se degrada o regresa al agua.
¿Qué es lo bueno del sargazo que hay en Quintana Roo?
Para los turistas de las playas, el sargazo tiende a ser un obstáculo. A pesar de que también ofrece ciertas ventajas para la fauna marina. El ecosistema flotante ofrece comida, refugio y áreas de reproducción a una amplia variedad de animales, incluyendo peces, tortugas, aves, cangrejos, camarones, entre otros.
Asimismo, cuando estas plantas pierden su capacidad de flotación, se sumergen y se transforman en energía en forma de carbono para los peces e invertebrados de las profundidades, lo que representa un aporte significativo a la red alimentaria de aguas profundas.