La festividad en honor a la Virgen del Carmen concluyó con gran participación en el Santuario Diocesano de Nuestra Señora de Guadalupe, donde se dieron cita más de 500 feligreses para rendir tributo a esta advocación mariana.
Desde temprano, los creyentes se congregaron para asistir a la misa solemne, en la que los integrantes de la Cofradía de Nuestra Señora del Carmen renovaron la promesa de portar el escapulario, símbolo de fe y protección.
Uno de los momentos más significativos fue el paso de los asistentes bajo el manto extendido de la Virgen, gesto que refleja la búsqueda de bendiciones y fortaleza espiritual. Tras la ceremonia, se entonaron las tradicionales mañanitas y se realizó la bendición e imposición de escapularios.
Durante la celebración, el presbítero David Martín Leal, responsable del santuario, resaltó el mensaje de la Virgen:
“Su intercesión nos invita a mantenernos firmes en la oración y la entrega. Ella es consuelo en medio de las dificultades”, señaló.
Por su parte, el presbítero Rafael Olivera Guerra, asesor espiritual de la cofradía, hizo hincapié en el significado del escapulario:
“No se trata de un simple objeto, sino de un compromiso de vida cristiana bajo la protección de la Madre de Dios”, expresó.
La jornada cerró con un ambiente festivo y familiar, donde los asistentes compartieron un refrigerio y disfrutaron de la presentación artística del Ballet Folclórico Nicte Ha, que llenó de color y tradición el atrio del templo.