Después de los bombardeos estadounidenses ordenados por Donald Trump contra presuntas instalaciones nucleares en Irán, la posibilidad de que el conflicto bélico en Medio Oriente se extienda peligrosamente, ocasiona un temor en ascenso en el mundo.
Trump decidió entrar a la guerra a pesar de la advertencia de no hacerlo por parte del presidente ruso, Vladimir Putin.
Ahora la posible intervención de Rusia y de China está en manos de Putin y de Xi Jinping, mandatarios que recientemente advirtieron que un ataque de Estados Unidos a Irán extendería el conflicto y lo convertiría una guerra interminable.
Pero esto fue antes de que Estados Unidos bombardeara la zona de Fordo, una presunta instalación nuclear iraní que ya Israel habría intentado atacar sin éxito.
Hasta el momento de escribir este espacio, Rusia y China no habían dado una nueva postura o alguna acción en respuesta.
La única reacción al ataque norteamericano fue una escalada en los bombardeos de Irán a Israel.
Ya habíamos comentado que, si Estados Unidos decidía intervenir en los conflictos bélicos, el temor mundial se acrecentaría y podría afectar la economía global y llevarla, inclusive, a una gran recesión.
Peor aún, ahora se abre la posibilidad de que la guerra, que se había mantenido en Asia y Europa, pueda llegar a territorios del continente americano.
Y es que Estados Unidos tiene en puerta la organización de grandes eventos que concentran multitudes en grandes estadios.
Actualmente se lleva al cabo en ese país el mundial de clubes de fútbol y el próximo año será la sede principal -junto con México y Canadá- del Mundial de Futbol que recibe a las mejores selecciones de diversos países.
Ambos torneos son organizados por la Federación Internacional de Fútbol Asociación (FIFA) que podría pensar en cambiar de sede ante las amenazas del terrorismo en un escenario de guerra.
Hoy la paz en el mundo está en manos de tres líderes de los países más poderosos: Trump, Putin y Jinping, aunque colateralmente está también en Voladimir Zelensky, Benjamin Netanyahu y el ayatola Ali Jamenei, los otros presidentes de los países en conflicto.
Hay quienes opinan que la intervención de Estados Unidos fue una pésima estrategia y que esa acción cierra aún más las negociaciones en busca de paz en la región y se abre la posibilidad que otros países de Medio Oriente se involucren en este conflicto bélico contra Israel, en una nueva edición de la histórica “guerra santa”.
Inevitable es comentar que la postura de México es en pro de la paz y de una solución diplomática, que ahora se ve más lejana.
Lo que se temía que ocurriera, ya ocurrió y a partir de ahora el mundo vivirá de manera diferente ante las acciones colaterales que se vienen a raíz de los hechos.
Las medidas de seguridad se incrementarán sin duda en nuestro vecino del norte y eso implicaría mayor dureza en las entradas y salidas de visitantes. Nadie olvida el 11 de septiembre.
La otra guerra: En Quintana Roo tenemos nuestro propio combate, éste contra el sargazo para evitar que la llegada del alga afecte nuestras playas y nuestra actividad turística. Cada vez se suman más brazos y equipo a esta nuestra guerra.