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Abuelo Antonio Oxté, el sabio maya que preserva el conocimiento ancestral

A través del Centro Maya Universal, se busca generar un espacio donde se aprenda y enseñe sobre esta civilización ancestral

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Conoce al abuelo Antonio Oxté

Al hablar de la cosmovisión maya, se refiere a ella como una fuente inacabable de entendimiento. Antonio Oxté enumera aportes que van desde la medicina, pasando por la arquitectura, hasta llegar a la astronomía, pero para el abuelo maya, como es reconocido, las matemáticas requieren una discusión aparte.

Por ello, trabaja en la preservación de estos conocimientos ancestrales a través del Centro Maya Universal, un espacio ceremonial enfocado en el aprendizaje y la enseñanza de la vida prehispánica, pero conjugada con tecnologías innovadoras.

“Estamos trayendo gente de todas partes del mundo, científicos, líderes espirituales y comunitarios del continente para ayudar al buen desarrollo de la vida física y moral de los pueblos originarios”, menciona.

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¿Cuál es el plan educativo del Centro Maya Universal de Quintana Roo?

Parte del plan educativo de este proyecto abarca la instrucción en áreas como Biología, Química, Matemáticas y Física. En el entendido de que la ciencia está en constante movimiento, el abuelo Oxté acepta el apoyo e interés de especialistas extranjeros, que incluso planean llevar los conocimientos mayas a la meca de la tecnología moderna, en Silicon Valley.

En este plano, se realizó una colecta para obtener fondos destinados a obras en el centro, como espacios de sanación, aulas y laboratorios, además de impulsar el desarrollo de terapias, tratamientos, eventos y programas para personas de diversas comunidades y orígenes.

Esta es la historia de Antonio Oxté

Desde su lugar de meditación en Sisbichén, en el municipio de Chemax, Yucatán, mantiene un diálogo constante con su entorno y reconoce una pérdida de la conciencia sobre los ecosistemas del planeta.

Ahí, hace 20 años, en un sitio que parecía desolado, se puso a plantar semillas de especies en peligro de extinción y con el paso de los años y el esfuerzo floreció un jardín. Por ahí se escucha el cantar de los pájaros y la compañía de los perros.

“Es tiempo de pensar un poco más que no estamos aquí nada más para destruir, para acumular, sino para vivir en paz y esa paz tiene que ver con la armonía respecto a la tierra, animales, plantas, el agua, el aire y a todo lo que es la creación”, asegura.

Antonio Oxté, quien también se dedicó al estudio de la Antropología, es seguido por sus enseñanzas dentro de las comunidades de la región, pero igualmente se le considera un abuelo sabio, denominación que, en distintas partes del planeta, reconoce a una persona por su experiencia, consejos y conocimientos.

Es en este camino en donde lleva la cosmovisión de sus antepasados a otras latitudes, al ser parte de encuentros con representantes de comunidades de Europa, Asia e, incluso, entablar diálogos con el Dalai Lama.