PLAYA DEL CARMEN

Sí es posible una sociedad con igualdad de género, pero requiere participación ciudadana: Unidad de Igualdad en Playa del Carmen

El trabajo con escuelas, sindicatos y comunidades apunta a una transformación profunda y colectiva.

LOCAL

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Conversatorios en escuelas buscan sensibilizar a niñas, niños y adolescentes sobre la igualdad y el respeto.Créditos: Eduardo De Luna

La igualdad de género no es un ideal inalcanzable, sino una meta posible y urgente, siempre que la población se involucre y comprenda su papel como agente de cambio. Así lo afirman autoridades de la Unidad de Igualdad de Género del Ayuntamiento de Playa del Carmen, que han reforzado en los últimos meses un programa intensivo de prevención en escuelas, colonias y comunidades rurales, con el objetivo de transformar desde la raíz las dinámicas de discriminación y violencia.

“Sí se puede lograr una sociedad con igualdad de género, pero necesitamos que la ciudadanía se apropie del tema”, sostuvo Marbella Hernández Pérez, titular de la unidad.

“No se trata solo de dar pláticas. Se trata de que padres, madres, docentes y líderes vecinales se integren activamente. No es suficiente tener las puertas abiertas si nadie quiere entrar por ellas”.

Las actividades de la unidad incluyen conversatorios y talleres en escuelas de nivel básico y medio superior, donde se abordan temas como nuevas masculinidades, violencia digital, identidad de género, derechos sexuales y reproductivos, y prevención de la trata de personas. De manera paralela, también se trabaja con sindicatos, asociaciones civiles y sectores laborales para abordar problemáticas como el hostigamiento laboral y la violencia estructural.

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Leyenda

Gabriel Alcocer, técnico especializado en la unidad, enfatizó la necesidad de comenzar con los más jóvenes:

“Hemos visto que desde cuarto grado de primaria los niños ya reproducen patrones de discriminación y violencia que ven en casa o en su entorno. Muchos desconocen que compartir una foto íntima sin consentimiento, por ejemplo, ya constituye un delito según la Ley Olimpia. Lo que hacemos es informar, prevenir y acompañar”.

Uno de los retos, reconocen las autoridades, es la escasa participación de padres de familia.

“En escuelas con 600 alumnos llegan ocho o nueve papás a las pláticas. Eso refleja cómo hemos normalizado la violencia y el desinterés. Creemos que ‘ya pasará’ o que ‘es parte de la edad’, pero no es así. La violencia no se disuelve sola, crece si no se interviene”, explicó Alcocer.

En zonas como Villas del Sol, la Colonia Colosio, la Guadalupana y diversas comunidades rurales, donde se registra una mayor concentración poblacional y donde los problemas de violencia suelen estar invisibilizados, la Unidad de Igualdad ha comenzado a realizar jornadas informativas en coordinación con la Unidad de Asuntos Indígenas y la Secretaría de Justicia Social

“Nos enfocamos en que las personas entiendan que no están solas, que existe un gobierno que puede canalizarlas y acompañarlas, pero que también necesita de ellas para actuar”, dijo Hernández Pérez.

El objetivo, coinciden ambos funcionarios, es dejar de normalizar conductas que perpetúan la desigualdad.

“Un niño que entiende por qué su escuela tiene rampas, puertas más anchas o señalética en braille, está aprendiendo inclusión. Y si entiende por qué compartir fotos sin permiso es violencia, está aprendiendo a respetar. Ahí empieza la transformación”, señaló Alcocer.

Desde la unidad reconocen que las redes sociales deben aprovecharse más como vehículo de prevención y no solo como entretenimiento. Por ello trabajan en estrategias de difusión accesibles para jóvenes, aunque con precaución:

“No queremos dar ideas negativas ni romantizar la violencia. Queremos formar criterio, empatía y responsabilidad”, concluyó Hernández Pérez.

La invitación está abierta: cualquier grupo vecinal, asociación o colectivo que desee recibir una plática puede solicitarla directamente. La igualdad de género no se construye con discursos, sino con acciones colectivas y sostenidas.

“No se trata de imponer un modelo perfecto, sino de construir uno más justo. Y para eso, cada persona cuenta”, sentenció la titular de la unidad.