La falsificación de miel en México se ha convertido en una problemática creciente que no solo afecta a los apicultores, sino también a la salud de los consumidores y la reputación del país como exportador de este producto. Así lo advirtió Sóstenes Rafael Rodríguez Dehaibes, presidente de la Asociación Nacional de Médicos Veterinarios Especialistas en Abejas A.C., en el marco del Encuentro Nacional para la Creación de Redes de Colaboración para la Innovación de la Soberanía Alimentaria, Tema Miel.
Rodríguez Dehaibes explicó que en los últimos años ha dejado de hablarse de “adulteración” de la miel para referirse directamente a una “falsificación”, ya que en muchos casos el producto vendido como miel ni siquiera proviene de las abejas.
“Es alta fructosa, con colorantes y azúcares. No tiene olor ni sabor a miel, pero se comercializa como tal a precios bajos. Esta práctica le quita competitividad a los verdaderos apicultores”, advirtió.
La producción apícola enfrenta múltiples amenazas, desde el uso indiscriminado de agroquímicos que contaminan la miel y matan a las abejas, hasta la falta de regulación efectiva frente a productos falsificados que inundan los mercados locales. Según el especialista, muchas veces la miel contaminada no mata a las abejas, pero estas almacenan residuos dañinos que afectan la calidad del producto final, lo que perjudica la imagen de México como país exportador.
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Aunque Rodríguez Dehaibes reconoció que no tiene cifras precisas sobre la cantidad de miel falsificada en circulación, afirmó que su presencia es evidente en mercados, carreteras y puntos de venta informal.
“Incluso se colocan panales falsos para simular autenticidad, pero lo que se vende es pura azúcar sin valor nutricional”, señaló.
Ante esta situación, el especialista urgió a las autoridades a aplicar con rigor la Norma Oficial Mexicana publicada en abril de 2020, que regula las características de la miel. También señaló que dependencias como la PROFECO, SADER, SENASICA y la Secretaría de Economía deben coordinarse para sancionar a quienes distribuyen productos falsificados y proteger a los verdaderos productores.
Además, insistió en que las soluciones deben ir más allá de las prohibiciones. Propuso transitar hacia una agricultura sustentable y agroecológica, con el uso de plaguicidas menos tóxicos y prácticas agrícolas compatibles con la apicultura.
Finalmente, Rodríguez Dehaibes hizo un llamado a fortalecer las redes de colaboración entre agricultores, apicultores, investigadores y autoridades, para proteger a las abejas, garantizar la inocuidad de la miel y preservar el valor del campo mexicano ante los desafíos del mercado global y las malas prácticas.