En un sector históricamente dominado por hombres, la participación de las mujeres en el ámbito forestal comienza a abrirse camino gracias a nuevas políticas públicas que buscan romper con años de desigualdad estructural.
Así lo expresó Carmen Gómez Lozano, titular de la Unidad de Género e Inclusión en la Comisión Nacional Forestal (Conafor), quien reconoció que aún persisten múltiples barreras que limitan el acceso equitativo a los recursos y apoyos para las mujeres del campo.
Gómez Lozano destacó que actualmente México vive un momento clave para transformar las estructuras institucionales. La llegada de la presidenta Claudia Sheinbaum, así como el liderazgo de mujeres en cargos como la Secretaría de Medio Ambiente, han fortalecido una línea clara hacia la inclusión en el sector forestal. No obstante, los retos siguen siendo amplios.
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Según datos de Conafor, por cada mujer beneficiaria de apoyos forestales, existen tres hombres que reciben estos incentivos. Esto refleja una disparidad profunda que, en palabras de Gómez Lozano, está relacionada con factores como la tenencia de la tierra, la sobrecarga de labores domésticas y la baja representación en órganos de decisión comunal y ejidal.
“Muchas mujeres viven en ecosistemas forestales, pero no tienen tiempo para integrarse en proyectos productivos. Están a cargo del hogar, cuidando niños, adultos mayores o personas enfermas. Esto las excluye de oportunidades que sí tienen los hombres”, explicó la funcionaria.
Ante este panorama, la Conafor ha desarrollado una estrategia de género para el actual sexenio. Entre las acciones destacadas, se encuentra el impulso de proyectos productivos específicamente dirigidos a mujeres. Estos incluyen apoyos adicionales para cubrir tareas de cuidado, y criterios de prelación en la asignación de recursos a mujeres solicitantes.
“Desde 2017 existe un concepto de apoyo destinado a proyectos productivos femeninos, y cada año ha incrementado su presupuesto. Ahora es una de las prioridades”, afirmó Gómez Lozano.
Además, desde otras dependencias del gobierno federal se impulsa un esfuerzo conjunto para reducir la brecha de género en la propiedad de la tierra. La Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu) ha anunciado la entrega de al menos 250 mil títulos de propiedad a mujeres. Esta medida busca reconocer legalmente su derecho a la tierra y brindarles herramientas para acceder a recursos productivos.
El trabajo articulado con instituciones como Sedatu, Sader, Inmujeres y el Registro Agrario Nacional forma parte de un compromiso más amplio del gobierno federal por empoderar a las mujeres rurales y lograr una transformación real en los territorios.
“Estamos avanzando, sabemos que falta mucho, pero hay un reconocimiento institucional del problema. Estamos diseñando políticas que impulsen la participación de las mujeres jóvenes en el sector forestal, y que ellas puedan decidir, gestionar y transformar sus territorios”, concluyó Carmen Gómez Lozano.
El reto es amplio, pero el camino está trazado. Desde el reconocimiento de sus derechos hasta la apertura de espacios de decisión, las mujeres rurales comienzan a ocupar el lugar que históricamente les ha sido negado.