Bajo un cielo encapotado que poco antes del anochecer comenzó a derramar agua sobre la ciudad, cientos de madres playenses se dieron cita en la Plaza 28 de Julio, decididas a celebrar su día con música y alegría. La promesa de un concierto gratuito de Reyli Barba, organizado por el Gobierno Municipal de Playa del Carmen, fue suficiente para que las sombrillas se alzaran y los impermeables salieran de los bolsos.
Desde temprano, mujeres de todas las edades comenzaron a ocupar los espacios de la explanada. Llegaron acompañadas de sus hijos, esposos, amigas y vecinos. Había flores, abrazos, risas, y poco a poco, una marea de expectativa que anunciaba que la noche no sería una más. Pasadas las ocho, las primeras notas de El abandonado retumbaron sobre el empedrado mojado, y con ellas, los aplausos y los primeros coros espontáneos.
Reyli Barba, con su inconfundible voz y la calidez que lo caracteriza, fue hilando un repertorio que tocó las fibras de la nostalgia y el amor. Sonaron La que se fue, Así es la vida y Tiempo de amar, entre otras piezas que los presentes corearon con entrega. Hubo quienes bailaron bajo la lluvia y quienes, empapados, no soltaron la mano de sus madres mientras sonreían. La música, por un instante, borró la frontera entre la tarima y la multitud.
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Desde un costado del escenario, la presidenta municipal Estefanía Mercado observaba la escena con evidente satisfacción. Su gobierno, explicó en entrevista, tiene como prioridad el bienestar de las familias y el reconocimiento a quienes diariamente sostienen a la sociedad con amor y entrega.
“Nuestra prioridad es la felicidad de las familias y el reconocimiento a quienes lo dan todo cada día: las mamás. Esta noche fue una muestra de que en Playa del Carmen, la alegría también es un acto de justicia social”, declaró.
El evento forma parte de la agenda cultural impulsada bajo el Nuevo Modelo de Gobierno, alineado con los principios de la Cuarta Transformación y en sintonía con las políticas de la presidenta Claudia Sheinbaum y la gobernadora Mara Lezama. La apuesta: hacer de la cultura un derecho, fomentar la inclusión y la igualdad, y devolverle a los ciudadanos los espacios públicos como motores de desarrollo humano.
A las diez de la noche, la lluvia persistía, pero también la emoción. Cuando Reyli entonó las últimas estrofas de la velada, un aplauso cerrado le respondió. La Plaza 28 de Julio, más viva que nunca, demostró que en Playa del Carmen la cultura no tiene horario, ni clima, ni barreras.