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Invasión de Pez Diablo avanza en el sur de Quintana Roo

Expertos alertan sobre su impacto ecológico y llaman a la ciudadanía a colaborar en su control.

LOCAL

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La especie invasora llegó a Bacalar y Chetumal en los últimos mesesCréditos: Efraín Castro

El pez diablo (Hypostomus plecostomus), una especie invasora originaria del Amazonas, representa una amenaza creciente para los ecosistemas acuáticos del sur de Quintana Roo. Aunque su presencia en el Río Hondo se detectó desde 2013, su reciente expansión a zonas como Xpujil, Bacalar, Felipe Carrillo Puerto y la Bahía de Chetumal ha encendido las alarmas de autoridades ambientales.

De acuerdo con Miguel Mateo Sabido Itzá, jefe del Departamento de Áreas Naturales Protegidas del IBANQROO, el pez comenzó a dispersarse en México desde 1995 y en la actualidad ha llegado a zonas ecológicamente sensibles como el Santuario del Manatí.

Ejemplar de pez diablo capturado recientemente en la Bahía de Chetumal

Aunque no es carnívoro como el pez león, el pez diablo remueve el sustrato del fondo de los cuerpos de agua, lo que afecta a especies que dependen de un lecho estable para su reproducción, como la mojarra pinta o el caracol chivita. Además, cava túneles durante su etapa reproductiva, debilitando las riberas y provocando erosión o daños a la infraestructura costera.

“Hay cuerpos de agua en México donde el 80% de las capturas ya corresponden únicamente a pez diablo”, advirtió Sabido Itzá, haciendo referencia al caso de la presa de Infiernillo, en Michoacán.

IBANQROO pide ayuda ciudadana para reportar su presencia

Uno de los impactos visuales y turísticos más preocupantes es en la laguna de Bacalar, famosa por sus colores. El pez diablo, al remover constantemente los sedimentos, puede alterar la coloración natural del agua, afectando su atractivo turístico.

En cuanto a la fauna protegida, también se han observado interacciones negativas con los manatíes, ya que estos peces se adhieren a su piel para alimentarse de algas, provocándoles laceraciones que pueden derivar en infecciones.

Frente a este escenario, el IBANQROO ha comenzado una colaboración con ECOSUR para realizar análisis genéticos de los ejemplares y determinar su origen, además de trabajar con ayuntamientos y comunidades locales para promover su captura y evitar nuevas liberaciones.

La laguna de Bacalar, cuya coloración podría alterarse por la presencia del pez invasor

“El pez diablo es muy común en peceras, donde lo llaman ‘limpia peceras’, y muchas veces es liberado por desconocimiento”, explicó el funcionario.

La ciudadanía puede reportar avistamientos enviando fotografías al número 983 106 9565. También se planea formar un grupo especializado para atender esta problemática de manera más eficiente.