El 17 de febrero de 2011 marcó un hito en la historia de Quintana Roo: Bacalar se convirtió oficialmente en el Décimo Municipio del estado. Pero esta conquista no fue un hecho fortuito, sino el resultado de una lucha de casi cuatro décadas, en la que ciudadanos comprometidos exigieron el reconocimiento de su identidad y la administración propia de sus recursos.
Desde 1974, cuando Quintana Roo dejó de ser territorio federal para convertirse en un estado soberano, los pobladores de Bacalar promovieron la idea de que su comunidad fuera considerada un municipio independiente. Sin embargo, en ese momento se decidió incluirlo dentro de Othón P. Blanco debido a criterios administrativos y políticos, que buscaban consolidar la estructura del nuevo estado y fortalecer a la capital, Chetumal, como el centro de gobierno y desarrollo de la región.
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"Nos dejaron dentro de Othón P. Blanco porque se necesitaba dar estabilidad a la capital del estado, pero Bacalar ya tenía una identidad propia", explica Edmundo Gómez Trejo, Cronista de Bacalar.
Líderes locales como Jesús Escobar, Nazario Balam, Hernán Pérez Cherréz, Luis Madrigal García, Serapio Flota Mass, Glicerio Barbosa Aldana y el diputado constituyente Abraham Martínez Ross encabezaron las primeras gestiones ante el congreso constituyente. Sin embargo, la propuesta no prosperó, y Bacalar quedó integrado al municipio de Othón P. Blanco.
A pesar de ello, el movimiento por la autonomía no se detuvo. Seis intentos fallidos marcaron el camino antes de que la causa finalmente triunfara en 2011. Cada uno de estos movimientos tuvo su contexto y fueron encabezados por partidos políticos, pero fue hasta la séptima iniciativa, que inició en 2010 con la unión de ciudadanos sin distinción de partido, religión u origen, cuando la demanda fue escuchada.
En 2010, un grupo de 102 ciudadanos fundó el Frente Cívico para la Creación del Municipio 10, liderado por Edmundo Gómez Trejo, Juan Borges Chin, Laureano Coronado Castro y Prudencio Alcocer Balam. La estrategia fue clara: unificar a la sociedad, sin tintes partidistas, para demostrar que la división administrativa era una necesidad urgente.
El movimiento cobró fuerza cuando se evidenció que Bacalar, a pesar de su riqueza natural y cultural, recibía una inversión gubernamental mínima. Mientras Othón P. Blanco asignaba presupuestos millonarios a otras localidades, Bacalar y sus 56 comunidades apenas recibían 800,000 pesos anuales para su desarrollo.
"Era indignante ver cómo una de las zonas con mayor potencial económico apenas tenía presupuesto para obras básicas", señala Trejo.
La presión ciudadana se intensificó hasta que, el 16 de febrero de 2011, el Congreso del Estado aprobó la creación del Décimo Municipio. Al día siguiente, la declaratoria se publicó en el Diario Oficial del Estado, oficializando así la autonomía de Bacalar.
Bacalar, un Municipio en Pleno Desarrollo
Desde su emancipación, Bacalar ha experimentado una transformación significativa. El primer presupuesto municipal ascendió a 68 millones de pesos, un salto enorme respecto a los recursos que antes recibía. Actualmente, el municipio maneja un presupuesto superior a los 400 millones de pesos, lo que ha permitido fortalecer su infraestructura y servicios.
El crecimiento turístico ha sido uno de los motores principales de Bacalar, reflejado en la llegada de más de 500,000 visitantes anuales y una derrama económica que supera los 1,200 millones de pesos al año. A pesar de que el programa federal de Pueblos Mágicos incluyó a Bacalar en 2007, el verdadero auge llegó tras su municipalización. Hoy, Bacalar es un destino ecoturístico de renombre, con un enfoque en la sustentabilidad y la protección de su icónica laguna de los siete colores. Para ello, se han implementado medidas como la regulación de embarcaciones a motor, programas de reforestación de manglares y proyectos de tratamiento de aguas residuales para evitar la contaminación del ecosistema.
Para los bacalarenses, la creación del municipio no solo representó una victoria política y económica, sino también un acto de justicia histórica. Bacalar, fundado por españoles como Villa de Salamanca en 1544, había sido un centro económico y administrativo desde la época colonial. Su autonomía moderna era, en muchos sentidos, la restauración de un estatus que ya le había pertenecido.
"Cuando ya logramos la creación del municipio. Ese frente ciudadano se convierte en una asociación civil que se llama Bacalar Municipio 10, porque somos el décimo municipio y porque nosotros consideramos que en las calificaciones, por todos los recursos y potencialidades que tiene, es un municipio de calificación 10. ", enfatiza Gómez Trejo.
A 14 años de su fundación como municipio, Bacalar sigue en constante evolución. La lucha que inició en 1974 y que finalmente se concretó en 2011 es un testimonio del poder de la organización ciudadana y del compromiso con el desarrollo local. Hoy, Bacalar es un destino turístico de clase mundial.