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La Zona Arqueológica de Ichkabal abre sus puertas al mundo para admirar la grandeza del Mundo Maya

La gobernadora Mara Lezama anunció esta gran noticia

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Después de 25 años de diálogos y restauración, Ichkabal por fin abre sus puertas al públicoCréditos: Especial
  • Tras 25 años de restauración y diálogo con la con integrantes del Ejido de Bacalar, por fin el público podrá visitar la monumental Zona Arqueológica de Ichkabal en Quintana Roo.
  • Ichkabal se perfila como un nuevo epicentro cultural, impulsado por el Tren Maya y el compromiso del gobierno: Mara Lezama.

La gobernadora Mara Lezama Espinosa presidió la firma de un convenio de ocupación que involucra 113 hectáreas en la zona arqueológica de Ichkabal, ubicada en el ejido de Bacalar. Este acuerdo entre el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y las autoridades del núcleo agrario marca el inicio de la apertura al público de este sitio arqueológico emblemático.

FOTO: Especial

El director general del INAH, Diego Prieto Hernández, y representantes de la Procuraduría Agraria asistieron a la ceremonia de firma. Mara Lezama calificó este día como histórico, luego de 25 años de esfuerzos.

"Es un placer ver que el Ejido y el INAH han alcanzado un acuerdo definitivo, demostrando que el diálogo es efectivo. El mundo merece conocer nuestra rica cultura maya", destacó.

Quintana Roo se distingue por ser el estado con el mayor número de zonas arqueológicas, con un total de 11. 

Días, horarios y precios de entrada a la Zona Arqueológica de Ichkabal

El director general del INAH, Diego Prieto, anunció que las y los bacalarenses pueden ingresar todos los días de manera gratuita a Ichkabal en los horarios establecidos. Los domingos el acceso para mexicanos es gratuito.

Ichkabal destaca no solo por su relevancia cultural, sino también por albergar una de las pirámides más altas de la civilización maya. El sitio arqueológico estará abierto al público todos los días, en un horario de 9:00 a.m. a 5:00 p.m., con acceso gratuito permanente para los residentes de Bacalar y, los domingos, para todos los ciudadanos mexicanos.

FOTO: Efraín Castro

La reapertura de Ichkabal viene acompañada de importantes medidas de conservación, asegurando que las majestuosas estructuras, como templos, plazas y pirámides, puedan ser admiradas por las futuras generaciones. Este esfuerzo, impulsado en parte por el desarrollo del Tren Maya, refuerza el compromiso del gobierno con la protección del legado cultural y el desarrollo sostenible de las comunidades locales.

La importancia cultural de la zona arqueológica de Ichkabal

Ichkabal, cuyo nombre en maya significa "entre bajos", se encuentra en una región que tiende a inundarse durante la temporada de lluvias. Para enfrentar este desafío, los antiguos mayas construyeron una obra de ingeniería hidráulica impresionante: la Aguada de los Cocodrilos, un reservorio de planta rectangular de 80 por 60 metros que aseguraba el suministro de agua durante todo el año.

Este sitio cuenta con cúspides de sus colosales edificaciones, algunas con más de 40 metros de altura, emergen sobre la fronda, revelando los vestigios de una ciudad que alguna vez fue uno de los epicentros más importantes del poder maya en la región.

FOTO: Efraín Castro

Ichkabal fue el asiento de la poderosa dinastía Kaan'ul, también conocida como la dinastía de la Serpiente, que tuvo su origen en Dzibanché y posteriormente trasladó su capital a Calakmul. Esta dinastía extendió su influencia hasta el norte de lo que hoy es Guatemala, rivalizando con Tikal, una de las ciudades más emblemáticas del mundo maya. Aunque el auge de Ichkabal se produjo entre los años 200 y 600 d.C., la ciudad siguió siendo un importante centro de poder que articulaba las regiones de la selva maya chiapaneca y campechana con el Petén guatemalteco y el oriente de la península de Yucatán hasta el siglo XVI.

A través del Programa de Mejoramiento de Zonas Arqueológicas (Promeza), se ha logrado la liberación y consolidación de una docena de estructuras en Ichkabal, algunas de ellas completamente y otras parcialmente. Estas edificaciones, de diferentes alturas y volúmenes, fueron en su momento desmanteladas por los propios habitantes del sitio, durante su periodo de decadencia. De acuerdo con el equipo arqueológico, liderado por Luz Evelia Campaña, Javier López Camacho y Kenichiro Tsukamoto, esta práctica fue común en muchas ciudades mayas al momento de su abandono.