PANTEÓN MUNICIPAL DE CHETUMAL

En el Olvido, los Héroes de la Defensa de Payo Obispo de 1924

El mausoleo del pueblo quintanarroense dedicado “A los leales del 17 de abril de 1924" se encuentra en el abandono

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El mausoleo dedicado “A los leales del 17 de abril de 1924" se encuentra en el abandonoCréditos: Efraín Castro

Chetumal, 16 de abril.- Al conmemorar los cien años de la defensa de Payo Obispo, la figura del subteniente Roselino López emerge del olvido. Un 17 de abril de 1924, López, junto a al cabo Justo Martínez y el soldado Urbano Ubaldo, enfrentó valientemente a las fuerzas rebeldes delahuertistas, manteniendo su lealtad al presidente Álvaro Obregón, lo que les costó la vida. Hoy, un monumento poco recordado en el Panteón Civil Municipal de Chetumal es el único testigo de su sacrificio.

El levantamiento delahuertista, liderado por el sonorense Adolfo de la Huerta contra el gobierno de Álvaro Obregón, marcó uno de los episodios más dramáticos de la historia local. La rebelión, motivada por la imposibilidad de De la Huerta de aspirar a la presidencia mediante elecciones, desató una serie de eventos que alteraron el curso político y social de la naciente ciudad de Chetumal, el bastión más al sur de la Nación.

Panteón Civil Municipal de Chetumal | FOTO: Efraín Castro

“Durante la ausencia del gobernador Librado Abitia, quien por temas de salud se encontraba en la Ciudad de México, el mayor Anastacio Rojas tomó control de la ciudad el 12 de diciembre de 1924, declarando su apoyo a la rebelión y ocupando edificios gubernamentales. Este acto de insubordinación llevó a la expulsión de varios funcionarios y miembros destacados de la comunidad, sumiendo a Payo Obispo en una profunda crisis”, rebela Fabián Herrera Manzanilla, cronista vitalicio de la ciudad.

La resistencia contra la rebelión no tardó en organizarse. Figuras como el mayor Camilo A. Félix y civiles como el empresario Don Juan Erales, se levantaron en armas, aunque el primero logró huir a las Honduras Británicas (hoy Belice), el segundo fue capturado y ejecutado por su oposición. Ante la infamia contra la población payoobispense, el subteniente Roselino López y sus acompañantes Urbano Ubaldo y Justo Martínez, prepararon la contra ofensiva, pero fueron superados en número y acorralados en panteón original de la ciudad, donde murieron defendiendo su postura durante un intenso tiroteo.

Los monumentos a "A los leales del 17 de abril de 1924" se mantienen en el abandono | FOTO: Efraín Castro

La situación se tornó aún más caótica cuando, en mayo de 1924, las fuerzas obregonistas reconquistaron la ciudad. Bajo el mando del general Alfredo Rueda Quijano, y tras superar adversidades como el naufragio de su barco cerca de Xcalak, las tropas gubernamentales desembarcaron en la bahía de Chetumal, asegurando el control de la zona tras intensos enfrentamientos que dejaron una profunda huella en la comunidad.

Los recuerdos de la defensa de Payo Obispo quedaron establecidos una vez decretado en definitiva el Territorio de Quintana Roo, en 1936 el gobernador Rafael E. Melgar resolvió modificar las denominaciones geográficas de origen religioso, y aunque la delegación municipal mantuvo su nombre original de Payo Obispo, la ciudad fue rebautizada como Chetumal, en tanto la comunidad de Santa Elena pasó a llamarse Subteniente López, mismo nombre que tomó la aduana entre México y Belice. 

Así luce actualmente el Panteón Civil Municipal de Chetumal | FOTO: Efraín Castro

En diciembre de 1946, el gobernador del Territorio, Margarito Ramírez, mandó a colocar un monumento en honor de los tres valientes militares, que reza “A los leales del 17 de abril de 1924", homenaje del pueblo quintanarroense”, mausoleo que se mantiene olvidado por la población y las autoridades en un rincón del Panteón Civil Municipal.