Cozumel, Quintana Roo, 10 de abril de 2024.- El mercado estadounidense es el que mayormente adquiere terrenos o bienes inmuebles en la isla de Cozumel, seguido del canadiense y en tercer sitio el mercado mexicano, más del norte del país en estados como Nuevo Léon y Jalisco, según datos de la AMPI Cozumel.
Fernando Heredia Molina, presidente de la asociación en la isla, señaló que en los últimos años se ha venido dando la compra de inmuebles por parte de ciudadanos estadounidenses, muchos de estos ya no sólo en zonas turísticas, sino en áreas de colonias populares donde hay menor costo de las casas o terrenos, incluso con la adquisición de casas de interés social, mismas que adecúan a su gusto o estilo.
Uno de los principales atractivos es la seguridad y lo que representa el destino, como en el caso, también, del turismo canadiense que busca en temporada de invierno un sitio más cálido, con una temporada de seis meses en la isla y otra en su lugar de origen.
Sin embargo el mercado mexicano no se queda atrás, siendo éste uno de los que invierte en edificios condominiales en su mayor parte y genera no sólo nuevos espacios habitables, sino una crecimiento económico para la isla con le llegada de nuevos habitantes con otro nivel de poder adquisitivo.
Los precios, según el propio presidente de la AMPI Cozumel, se han elevado hasta en un 30 por ciento posterior a la pandemia, sin que esto sea un impedimento en la compra, y a futuro, las inversiones en el mercado inmobiliario seguirán a la alza sin que haya una variación en el precio, siempre hacia arriba.
En muchos de estos casos las propiedades que se dejan vacías, se ofrecen en renta, esto mediante las aplicaciones digitales o bien de manera directa en sus lugares de origen, generando otro tipo de generación de ingresos indirectos para la comunidad en los servicios domésticos, la compra en restaurantes o comercios locales.
No obstante, los beneficios no son del todo buenos, dado que los precios de renta suben y esto se traslada a las rentas locales, es decir, mientras al turismo se les ofrece una renta cuyo costo se eleva por tratarse de otro modelo de negocio, éste impacta de forma negativa a los habitantes de la isla, con un alza de costos al mismo nivel del turismo, haciendo más complicada una forma de hallar una vivienda digna.