Al sur de Quintana Roo, y aproximadamente a 200 kilómetros de la frontera con Belice, Bacalar es un testimonio de la belleza del paisaje Caribeño de la península.
Como la cabeza del municipio con el mismo nombre, destaca como uno de los principales atractivos turísticos de la zona, por la gama de siete colores de su laguna, la fortaleza de sus áreas arqueológicas, y su legado milenario por los vestigios de las culturas prehispánicas.
Fue fundada por mayas itzáes, provenientes de Guatemala, cerca del 415 d. C. Tras la conquista española, Melchor Pacheco estableció un poblado de nombre Salamanca de Bacalar. Por su ubicación estratégica, también fue paso de los piratas, por lo que se blindó a la ciudad construyendo el Fuerte de San Felipe, durante el siglo XVIII.
Se caracteriza por ser un lugar ideal para el ecoturismo, además de otros tipos de recreación como en la Casa de la Cultura, donde se ofrecen talleres de danza, poesía y teatro. Este sitio también está en constante estudio por parte de instituciones científicas.
Además, su cercanía con la ciudad de Chetumal, las regulaciones que han impulsado la creación de hoteles boutique y el trabajo constante de una comunidad comprometida con la salud de la laguna, lo han convertido en un destino fundamental para diversificar la oferta turística del estado y atraer visitantes a las regiones al sur de la Reserva de la Biósfera de Sian Ka’an.
La llegada del Tramo 6 del Tren Maya, y la inauguración del aeropuerto de Tulum en diciembre del año pasado, prometen acercar al Pueblo Mágico a un mayor número de visitantes nacionales e internacionales, ofreciendo una oportunidad única de crecimiento y la responsabilidad compartida entre viajeros y residentes de protegerlo.