De nacionalidad venezolana, y con apenas tres años de haber ingresado a la naviera Royal Caribbean International, Jennymar Pérez Nava ocupa ya el cargo de primer oficial del crucero más grande del mundo, el Icon of the Seas.
En el mundo no hay más de ocho mujeres que capitanean cruceros, estas embarcaciones de entretenimiento recorren distintas rutas y hacen paradas en varios países; sin embargo, la mayoría las comandan hombres.
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Las capitanas, que marcan la diferencia en esta industria, son originarias de países como Suecia, Suiza, Estados Unidos, Italia, Ecuador, Alemania, Reino Unido y Canadá.
Pérez Nava, aunque aún no comanda un crucero, ya es la segunda al mando del Icon of the Seas, un crucero de gran tonelaje, y en cuyas manos queda la responsabilidad en la navegación de sus 10 mil personas a bordo (capacidad máxima del barco) contando pasajeros y tripulación.
Jennymar comentó, en entrevista con El Heraldo de México Quintana Roo, que este es un trabajo que realiza con orgullo tras haber sido elegida para ocupar el cargo de primer oficial, es decir, la segunda al mando.
“Sólo un 0.01 por ciento de las personas llegan a este nivel por la dificultad y el esfuerzo que implica, además de los estudios y la preparación necesaria; sin embargo, se puede hacer y lo logré, viniendo de un país latinoamericano muy castigado, como lo es Venezuela”, indicó.
No es fácil guiar un barco como el Icon of the Seas, porque además de la preparación y la pericia, requiere de mucha concentración y paciencia para atracar una máquina de 250 mil 800 toneladas. Esto no se distancia tanto de la complejidad de alcanzar un puesto como el que ella ocupa, en una industria liderada por hombres.
“El límite nos lo ponemos nosotras, hay mujeres que prefieren dedicarse a hacer su familia, pero otras decidimos hacer una carrera, y la compañía (en este caso la Royal Caribbean International) te ayuda a elevar tu estatus, porque no hay discriminación y en los últimos años se ha incrementado el número de mujeres que trabajan en los cruceros”, dijo.
Este trabajo le absorbe a Jennymar del Carmen Pérez Nava al menos 10 semanas a bordo del crucero, por 10 de vacaciones, las cuales pasa con su esposo, quien también trabaja en la compañía, por lo cual coinciden sus tiempos entre lo laboral y lo familiar.
Aun cuando tiene la licencia de capitán, depende de la empresa y la disponibilidad de puestos el alcanzar el liderazgo total.