ESTILO DE VIDA

Todo sobre Pakal

La arqueóloga Laura Filloy publica el estudio más completo y actualizado en torno al monarca maya de Palenque; con detalles sobre su salud y vida

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La autora es restauradora adscrita al Museo Nacional de Antropología. Créditos: El Heraldo de México Quintana Roo

K’inich Janaab’ Pakal o Pakal el Grande padecía est r a b i s m o interno: las modificaciones craneales a las que fue sometido para asimilarse al Dios del Maíz, a quien representaba, terminaron por desalinear sus ejes oculares. Además, los dientes del soberano maya fueron limados hasta desgastarlos con fines decorativos y para acercarlo aún más a la deidad: “Él tenía el poder de hablar como una divinidad y se expresaba así”, dice la arqueóloga Laura Filloy.

Los estudios practicados a los restos de Pakal demuestran que era más bien sedentario y que no realizaba grandes esfuerzos; su dieta debió ser blanda, combinada de proteínas animales y maíz en forma de caldos, atoles y tamales. “Era un soberano muy importante, su reino tenía una extensión territorial enorme, con relaciones con diferentes ciudades, podía acceder a materias primas que se encuentran a cientos de kilómetros, en Guatemala o en la costa del Pacífico”, agrega la especialista.

Filloy Nadal ha elaborado el estudio más completo, hasta ahora publicado, en torno al personaje, cuya tumba fue revelada en 1952 por Alberto Ruz Lhuillier. En Pakal el Grande. Soberano maya de Palenque (FCE, 2023) la también restauradora reúne los datos más actuales en torno a la ciudad que gobernó Pakal, la historia arqueológica de su descubrimiento, los datos que ha revelado la antropología física, así como el estudio de los artefactos recuperados en la cripta del monarca, incluida su famosa máscara de jade verde, en el Templo de las Inscripciones.

El estudio no ignora la edad del soberano, uno de los temas más polémicos: de acuerdo con la lectura de los glifos que decoran su cripta, Pakal murió a los 80 años; pero otros estudios indican que fue entre los 40 y 50 años. Filloy dice que si bien se registra su edad en los muros, también se trata de la versión que quisieron dar sus sucesores: “Como todo político vemos propaganda en los muros”.

De lo que no hay duda es de su abolengo, en todos los retratos, Pakal “siempre porta el par de orejeras, el mismo peinado, tonsurado, como el Dios del Maíz”; que se conformó con su tumba.