JORGE AYALA BLANCO

Sin ruptura en el cine

En el volumen 19 de su abecedario cinematográfico, el crítico analiza los filmes lanzados durante el año más brutal de la pandemia

ENTRETENIMIENTO

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La portada del libro 19 de Ayala Blanco lleva una imagen de Arcelia Ramírez en La civil. Créditos: ESPECIAL

Con el fortalecimiento de “otras fuentes de financiamiento” externas a las gubernamentales, “no veo una ruptura brutal y aniquiladora del cine mexicano” durante la administración de la 4T, dice el crítico Jorge Ayala Blanco (CDMX, 1942). Por el contrario, “son 234 películas en un año (2023) y este nuevo tipo de cine que se está haciendo en este sexenio se suma al anterior, pero no lo niega, eso es lo que hay que tomar perfectamente en cuenta, “existe continuidad”.

Ante ese número de largometrajes producidos, el quehacer reseñístico de Ayala Blanco también encuentra persistencia: a las librerías llegó el libro 19 del abecedario cinematográfico iniciado por el crítico en 1968, se trata de La resiliencia del cine mexicano (Escuela Nacional de Artes Cinematográficas, UNAM, 2024), en el que desmenuza una centena de filmes que salieron al público de manera singular, durante “el año más atroz de la pandemia”: 2021.

Puesto de moda durante la emergencia sanitaria, el concepto resiliencia resultó “formidable” para analizar el cine que durante la pandemia vimos desde casa: “Estábamos viviendo esta situación difícil y en cierta manera este aferrarse a nuestras partes más positivas, a nuestros valores más verdaderos; para mí es un libro totalmente irrepetible: ya no somos las mismas personas que vivimos esa situación y que tuvimos la oportunidad de ver en todo tipo de plataformas, en la sala, pero también en los festivales en línea”.

Si bien, afirma, los efectos reales de la emergencia en el cine se verán en los siguientes tomos, dedicados a las letras “S” y “T”, Ayala Blanco considera que se transformó completamente la cinematografía: “La gente ya no regresó a las salas de cine, se fortalecieron de una manera bárbara las plataformas digitales, que son las que están consumiendo más cine mexicano e, incluso, produciéndolo; esta forma de consumir ya va a ser totalmente irreversible”, afirma.

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